(Consenso FESNAD-SEEDO)
¿Comer cinco comidas al día es
aconsejable o no tiene trascendencia en el peso del individuo? ¿Adelgazan las
dietas ricas en fibra? ¿Cuántas calorías deben consumirse por debajo de las
requeridas diariamente para perder peso? ¿Cuál es la mejor dieta para
adelgazar? Éstas son preguntas a las que probablemente muchos profesionales
sanitarios se hayan enfrentado en la consulta y que, en ocasiones, les habrán
hecho plantearse si realmente conocen la respuesta correcta. Tampoco les ayuda
la gran oferta de fuentes a las que acudir para informarse, algunas de ellas
con escaso soporte científico y en otros casos con diferencias llamativas entre
las recomendaciones que en las mismas se ofrecen.
Otro factor que aumenta la confusión en este campo
es la multiplicidad de voces que se consideran autorizadas para suministrar
consejos y prescribir dietas: pocas personas se atreverían a ofrecer
recomendaciones sobre cómo puede construirse un cohete espacial; sin embargo,
en nutrición ocurre todo lo contrario, pues todo el mundo cree saber de esta
materia basándose en su propia experiencia al alimentarse. Este hecho favorece
la existencia de multitud de mitos y prejuicios, incluso entre profesionales
sanitarios, así como
la proliferación de dietas milagro, algunas
realmente pintorescas.
Ante esta situación de confusión es necesario
poseer una mirada crítica hacia la información existente y separar el grano de
la paja con el tamiz del conocimiento científicamente contrastado. Y en esto
consisten las Recomendaciones nutricionales basadas en la evidencia para la
prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos. Este
magnífico documento elaborado por las sociedades integradas en la Federación
Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la
Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) pretende –y en mi
opinión ha conseguido de manera sobresaliente– examinar con lupa la información
publicada para conocer la verdad de las diferentes cuestiones y los distintos
abordajes que actualmente se plantean en la prevención y el tratamiento de la
obesidad, unificando criterios de actuación.
Se trata, por tanto, de una herramienta de gran
utilidad para el profesional sanitario, que le permitirá prescribir dietas
basándose en el mejor conocimiento existente y contestar, con exactitud, a las
numerosas preguntas que seguramente recibe en la consulta y fuera de la misma.
Asimismo, nos permitirá a las autoridades
sanitarias diseñar políticas y programas apoyándonos en el análisis riguroso de
la eficacia y la eficiencia de determinadas actuaciones.