A
juzgar por los resultados preliminares obtenidos en los sucesivos estudios
DRECE, la población española se encuentra aun alejada de los ideales dietéticos
recomendados, pero este distanciamiento no ha variado sustancialmente con
respecto a los datos de hace 20 anos.
El consumo
de hidratos de carbono sigue estando por debajo del 50% recomendado, y el de
grasas totales y el de proteínas siguen siendo demasiado elevados.
En
cuanto a la calidad de la grasa consumida, en España perduran los hábitos
alimentarios propios de la dieta mediterránea y el consumo de aceites sigue
siendo el tradicional, con una preferencia mayoritaria por el aceite de oliva.